Translate

jueves, 30 de octubre de 2014

Sé que soy suya (2ª parte)

La noche está siendo perfecta, la temperatura del exterior aún es templada, tan sólo una ligera brisa balancea las cortinas de vez en cuando. Mi Amo está siendo muy generoso conmigo al dejarme correr tantas veces.


Me ordena que me tumbe a su lado, lo hago sin vacilar ni un instante. Su fuerte brazo rodea mi cuerpo, siento el calor de su piel contra mi piel, me envuelve el aroma de su cuerpo, ese olor que es una mezcla de colonia, sudor y sexo. Aunque no puedo verlo, noto como su boca se acerca a la mía, e intento atraparla sin resultado porque Él la retira, para instantes después volverla a acercar. Sabe que eso me excita muchísimo y lo repite una y otra vez. Cuando decide que ya ha sido bastante la tortura, mete su lengua dentro de mi boca, juguetea con la mía, sus labios presionan los míos en un dulce tormento.

- Date la vuelta - me ordena -.

Sin responder nada, hago lo que me pide con toda la rapidez que puedo, me coge las dos manos y las coloca detrás de mi espalda, adivino sus intenciones y no me equivoco, me ata las manos con un pañuelo, lo suficientemente fuerte como para que no pueda liberarlas y lo suficientemente suave como para que no me haga daño. Siento que se aleja de mi, que me ha dejado sola en la cama, intento agudizar el oído para saber que está haciendo, pero no lo sé, ningún sonido me deja adivinarlo.

Mi cuerpo se estremece excitado, la venda de los ojos y las manos atadas hacen que me sienta vulnerable, expuesta, sumisa y eso me gusta. Espero impaciente que mi Amo vuelva a mi lado y no tarda en hacerlo, puedo sentir como se mueve el colchón cuando apoya el peso de su cuerpo en él.



Sus manos separan mis muslos sin miramientos, tengo las piernas completamente abiertas, quedando así completamente a su disposición. Sin mediar ni una palabra, mete dos dedos en mi vagina que se hunden por completo sin esfuerzo. Los saca y mete tres... cuatro... cinco veces, no lo sé, y con ellos me folla sin miramientos. Y yo no paro de gemir. Estoy a punto de correrme cuando deja de follarme con sus dedos, los saca de golpe y me abre más las piernas mientras me dice:

- Ni se te ocurra cerrarlas perra.

Noto que algo muy duro y frio empieza a entrar en mi coño. Pronto adivino que es un vibrador. Mi Amo lo mete en mi delicada vagina sin miramientos, con rabia y violencia, llegándome a provocar el más dulce de los placeres y a cada momento lo saca y lo vuelve a introducir con más fuerza. Me llena todo el vientre produciéndome una mezcla de dolor y placer inexplicable. No siento como se acerca hasta que noto su polla contra mis labios. Empiezo lamiéndole el prepucio, después paso la lengua desde sus huevos hasta la punta de su polla y me la meto toda en la boca, intentando chupársela lo mejor posible, ya que con las manos atadas y los ojos vendados es difícil. Lamo su polla, la succiono, la meto hasta el fondo de mi boca para después con mis labios subir y bajar por ella. Noto cómo se va poniendo cada vez más dura.

Los dedos de su otra mano están situados sobre mi clítoris e inician una deliciosa tortura. Los pasa lentamente, con delicadeza y sin prisas, presionándolo de arriba abajo, de un lado a otro, logrando sensaciones maravillosas en mí. De vez en cuando ejerce más presión para llevarme a un placer más extenso y profundo, haciendo que se me nublase la mente. Mi espalda se arquea para exponerse más a sus dedos, mis pechos se endurecen hasta dolerme y yo no puedo más.



No podía soportarlo más, mi Amo con su embestidas salvajes me estaba concediendo el más grande de los placeres, ya no era dueña para nada de mi cuerpo, estaba totalmente extasiada. Con un hilo de voz logro pedirle que me deje correr, a lo que él me responde:

- ¿Otra vez quieres correrte perra?

- Sí, mi Amo – respondo humildemente -.

- Ya veo que voy a tener que enseñarte modales, eres muy olvidadiza – me dice, y yo no sé de qué me está hablando. Él se da cuenta de eso.

- Ya veo que no sabes de qué te estoy hablando. No me has dado ni una vez las gracias en toda la noche – entonces me doy cuenta de que tiene razón-.

- Mi Amo, soy una perra muy torpe, lo siento – le respondo-.

- Ya veremos qué castigo decido aplicarte.

De golpe sacó el vibrador de mi coño y no me atreví a protestar a pesar de que aún deseaba correrme, me desata las manos y sin palabras, tan solo con sus manos, me he girado sobre la cama, estoy sobre mi lado derecho, su cuerpo se encuentra pegado a mi espalda, siento su polla contra mis nalgas, presiona con su mano derecha la espalda para tenerme más controlada e inicia un jugueteo con mi pequeño orificio anal, cuando me percato de sus intenciones empiezo a ofrecerle resistencia, con voz dura me dice:

- No te pongas tensa, relájate, déjala entrar perra.


Me la mete de una sola estocada, siento una oleada de dolor y placer, abro las piernas para facilitar las embestidas de su polla y noto como baja su mano con el consolador en ella, me lo mete en el coño, me siento llena, me siento como en una prisión de pasión y éxtasis total, el placer recorre toda mi espalda con temblores tan intensos que se me eriza toda la piel, con voz suplicante le ruego a mi Amo que me permita correrme y mi deseo me es concedido, me dejo llevar por el placer que me inunda y mis manos no saben a lo que aferrarse, de mi garganta salen pequeños gritos y gemidos de placer. Mi Amo se mueve cada vez más rápido, con más urgencia, sus embestidas hacen que se mueva todo mi cuerpo a su compás y un gruñido de placer llega hasta mis oídos cuando me llena toda con su semen.

Me libera de la venda en los ojos y me doy la vuelta para apoyar la cabeza sobre su pecho, su brazo me rodea y con un susurro le digo:

- Gracias, mi Amo.

El sopor me invade, cierro los ojos y el sueño, ese sueño reparador, empieza a llegar, su rítmico respirar me acompaña, su calor me da tranquilidad, poco a poco cada músculo de mi cuerpo se relaja, mis piernas están húmedas, da igual, son los restos del placer que le he proporcionado a mi Amo.

Y hoy vuelvo a tener esa sensación de estar descontando días. De estar descontando horas, minutos. De desear que el tiempo pase rápido y que la próxima vez llegue pronto. Todo por volver a ser suya, mi Señor.





Una frase que he encontrado en Internet y me ha gustado:

Si al vendarte los ojos, tu mente está en silencio y tu corazón palpita, la puerta a tu sumisión está abierta.

martes, 28 de octubre de 2014

Sé que soy suya (1º parte)

Entré en la habitación que estaba iluminada tan sólo por unas cuantas de velas, creí que ya estaría desnudo tumbado en la cama, pero no, estaba de pie esperándome, lo miré y me estremecí anticipándome a la noche que iba a pasar junto a Él.

Con un sólo gesto me ordenó que lo desnudara y así lo hice mientras iba besando su cuerpo, de vez en cuando lo miraba furtivamente ya que una sumisa no debe mirar a su Amo sin que éste se lo haya ordenado antes. Me ordenó desnudarme y así lo hice, rápidamente, cumpliendo sus deseos. Note cómo mientras me besaba me tapaba los ojos con un pañuelo, el privarme de un sentido me puso en un estado de tensa calma.




Sabía que durante las próximas horas ibas a ser suya, enteramente suya, que me poseería sin miramientos, pero no sabía ni cuánto ni cómo.

Me abracé a mi Amo y noté su pene erecto, dispuesto para ser acariciado, lamido, chupado... Sin pensarlo me arrodillé delante suyo temblando de la excitación que sentía. Le cogí el pene entre mis manos y pude notar que la tenía muy dura, yo estaba mojada de la excitación que me producía la situación y aún no habíamos empezado.


Con delicadeza acerqué mis labios entreabiertos a su polla, saqué la lengua y la lamí con deleite de arriba abajo, de vez en cuando me la metía entera en la boca, volvía a sacarla para lamerla mientras le acariciaba los huevos, bajo mi mano se pusieron tensos. Podía oír los gemidos de placer de mi Amo y eso me excitaba aún más, estaba empapada, deseaba poder acariciarme pero sé que no puedo hacerlo, está prohibido, mi coño es propiedad de mi Amo.

Me tumbó en la cama y él se tumbó junto a mi, podía sentirlo aunque no verlo, me besó, me comía la lengua, se retiraba y volvía de nuevo, yo moría por sus labios en los míos, por sentir su lengua dentro de mi boca.


Me acercó dos dedos a la boca y los chupé como si me fuese la vida en ello, deseaba que fuese su miembro, sus labios mordían mi piel erizada, su mano bajo hasta mi pecho y me pellizcó el pezón, me invadió una mezcla de sensaciones; placer, dolor, humillación, ansiedad, impotencia, quería gritar, zafarme de esos dedos, pero el placer que sentía mi cuerpo me lo impedía, siguió martirizando mi pecho, sabía que me gustaba con locura, pero cuando su boca bajo al pezón izquierdo y lo lamó con deleite, perdí toda capacidad de auto control.


Siento como se mueve por la cama, pero no sé donde va ni que va a hacer, se sitúa entre mis muslos y con cierta fuerza los aparta dejándome toda expuesta ante El, noto su lengua recorriendo mi clítoris mientras dos dedos, tres... No sé cuantos, se introducen en mi coño con una mezcla de dolor y placer. No puedo más, sé que voy a correrme en cualquier momento pero no puedo hacerlo sin permiso, así que con el hilo de voz que me queda se lo pido a mi Amo, sé que puede negarmelo, pero no es así esta vez, con su beneplácito me corro como la perra que soy.


Sus movimientos se tornan más salvajes, siento como su lengua húmeda y caliente me come sin miramientos el clítoris, como sus dedos se mueven dentro de mi cuerpo sin piedad, abro la boca para gritar pero no sale sonido alguno, me falta el aire, ya no puedo más y mi cuerpo se sacude en una sucesión de orgasmos. Mis piernas tiemblan sin control mientras mi Amo las sujeta para que no pueda moverlas, para que no las cierre.


Se tumba a mi lado y me abraza con una ternura infinita, me besa, me acaricia... Para después ordenarme que le acaricie los huevos, cosa que hago con sumo gusto. Me sitúa entre sus piernas y con movimientos bruscos me folla la boca con su polla dura, me la mete hasta el fondo de mi garganta, tan adentro que en algún momento creo que voy a ahogarme, sin embargo no me ahogo, siento una humedad enorme entre mis piernas, creo que me voy a correr aún sin que nada roce ni siquiera mi coño, antes de que esto pueda suceder mi Amo me ordena que me ponga encima de él y me meta la polla hasta el fondo.

Siento su verga dura y caliente en mi interior llenándome toda, me muevo lentamente encima de su cuerpo, mis movimientos son sensuales, calientes... Oigo la voz de mi Amo preguntándome: "¿Te gusta perra?" Y obviamente me gusta, me encanta y así se lo hago saber mientras sigo moviéndome encima suyo con mis entrañas a punto de explotar en un nuevo orgasmo, casi en un susurro le pido permiso para correrme y su respuesta es: "No y no te pares"



Sigo moviéndome con miedo a correrme sin poder hacer nada para evitarlo, vuelvo a suplicarle a mi Amo que me deje correr y esta vez me da permiso, casi antes de que Él acabe de hablar mi vientre explota en una sucesión de orgasmos, no lo veo pero adivino su sonrisa al decirme que me corro como la perra que soy.

Y así me siento, como una perra en celo, abierta, húmeda, deseosa de los placeres que me proporcionan las manos, la lengua y la polla de mi Amo, me gusta sentirme sometida, usada, entregada... Me gustan las pequeñas torturas a las que somete a mis pechos, a mi boca, a mi culo o mi coño...


No me da tiempo a pensar en nada, Él me ordena que le limpie la polla con la lengua y así lo hago, bajo despacito, tanteando, ya que mis ojos están tapados, voy bajando hasta situarme de rodillas entre sus piernas, siento como su pene erecto roza mi cara y me lo meto todo el la boca, lo lamo por completo, lo abandono para lamer sus huevos mientras mi mano acaricia ese pene que tanto me gusta, vuelvo a metermelo en la boca y lo chupo, arriba abajo, arriba abajo mientras mi mano se mueve acariciando, apretando, suave, enérgica... De repente siento como su mano coge mi pelo y bajándome la cabeza para meterme su polla hasta la garganta me ordena: "Tragatela toda, no dejes ni una gota"

Me relamo como una gata haría con sus bigotes después de beber leche. Mi cuerpo se acurruca entre sus brazos sintiendo su calor, estoy satisfecha, feliz... Porque sé que esto ha sido sólo el principio de una larga noche de placer.

Sé que soy suya, que le pertenezco y eso es lo que más me gusta.









lunes, 27 de octubre de 2014

Quiero....

Quiero que me beses como sólo tú sabes hacerlo, que te acerques a mí lentamente, que te detengas justo al roce de mi boca, que respires, fuertemente… y que te alejes, dejándome con las ganas.



Quiero tenerte delante, cerca, muy cerca, tan cerca que sólo pueda notar tu respiración y la mía, tan tan cerca que sólo pueda pensar en besarte, en el roce de mis labios con tu boca, con tu lengua, con esa pasión que le pones que consigue que no pueda pensar en nada más. Quiero que me beses, y quiero tocarte, sintiendo tu piel suave que me hace querer más. Y quiero que me toques, con esas manos que me hacen olvidar lo que hay alrededor y que me abandone completamente a ellas y a su ritmo. Ese ritmo acompasado que invita a seguirlo y bailar a su son.


Quiero sentir tu mirada recorriéndome, despacio, sin prisas, de arriba abajo, seguida de tus manos, lentas y seguras, suaves y cálidas… y sentir el peso de tu cuerpo, tus susurros al oído… y perder la noción del tiempo, que se detiene cuando te acercas a mí…

Un beso largo, lento y suave… para ti.

miércoles, 18 de julio de 2012


Ese calor profundo y sofocante que está haciendo estos días de julio se había apoderado de la atmósfera de mi habitación. La ventana estaba abierta pero el aire parecía haberse perdido en algún lugar de la galaxia.
Mi cuerpo empapado de sudor, mi mente pensando en ti... Evocando algunos de los momentos que hemos pasados juntos contribuía en buena medida a que la temperatura se elevase aún más... Estaba cansada y aburrida, llevaba mucho rato leyendo, así que decidí darme una ducha.



En el baño mientras preparaba el albornoz vi mi reflejo en el espejo, me detuve a observarme detenidamente como hacía mucho no lo hacía. Mientras iba despojándome de la camiseta observaba mis pechos oprimidos bajo el sujetador de encaje que siempre llevo, mis pezones se vislumbraban bajo la fina tela, poquito a poco, muy lentamente, solté los broches y mis pechos quedaron libres mostrándome unos pezones erectos, oscuros... Sonreí y masajee mis pechos suavemente en forma circular y apretando mis pezones, un dedo entró en mi boca y lo chupé con deleite, así mojado lo pasé por mis pezones que se pusieron aún más duros si cabe y mi vagina empezó a humedecerse.


Distintas imágenes comenzaban a pasar por mi cabeza mientras entraba en la ducha que me mojaba el cuerpo con el agua fría. La forma en la que me abrazas, la manera que me acaricias, tus dedos en mi vagina húmeda recorriendola lentamente para acabar con tus dedos dentro de mi cuerpo, tus labios en mis pezones chupándolos con deleite. Tu cara de placer mientras introduces tu pene en mi boca




El agua fría empezaba a hervir poco a poco, culpa quizás de mis labios vaginales que eran separados por mis manos. Eran mis dedos que jugaban desesperadamente con mi clítoris hinchado, el agua resbalaba por mis pechos alcanzando mis manos y mi sexo aumentando la excitación que sentía.



Mis ojos se cerraban y el labio inferior era mordido por mis dientes señalando el placer que me estaba proporcionando con las manos. La calenturienta mente seguía disparando imágenes sin cesar. Ahora, me tenías con las piernas abiertas y me penetrabas sin compasión, tu pene duro entraba y salia de mi cuerpo con salvajes embestidas... Tu lengua recorriendo mi vagina, entrando en mis entrañas... Tu pene en mi culo entrando y saliendo...




Mi respiración se agitaba y el placer me sacudía en forma progresiva. No era suficiente con mis dedos juguetones por lo que me introduje en la vagina mi consolador, era lo suficientemente grueso para llenarme toda y lo suficiente delgado como para no hacerme daño. Entraba y salía con facilidad. Gozaba, gemía, gritaba. Agitaba el consolador entre la humedad de mi sexo mientras imaginaba que era tu pene.
 
 
 
El calor consumía el frío y mi vagina se humedecía aún más con cada embestida. Se contraían mis músculos, mis piernas se cerraban un poco aumentando el placer que sentía. Chupaba mi instrumento y me encantaba el sabor de mi sexo. Lo pegue al clítoris como si fuera tu verga erecta, moviéndola en círculos. Cerraba los ojos. Suave y fuerte, rápido. Podía sentir tus manos en mis caderas y tus labios en los míos mientras me lo metía de nuevo. Mas rápido, entrando y saliendo, entrando y saliendo. Y allí el grito primitivo y aullante, el gemido que acababa con el silencio del baño y que anunciaba un orgasmo dedicado a ti.
 
Mª José

sábado, 30 de junio de 2012

¿A qué hombre no le gusta que su pareja le haga…..?


Ayer estaba hablando con una amiga… Bueno era un chateo a tres… Y salio el tema de las mamadas entre otras cosas y yo que hoy estoy aburrida pensaba: ¿A qué hombre no le gusta que su pareja le haga sexo oral? Vamos una mamadita, pa’entendernos todos, aunque a veces es una situación muy difícil ya que requiere de mucha confianza, hay algunas mujeres a las que les da mucho asco, pero no por algo en especial, sino por que esa situación les resulta muy incomoda, además de que se sienta insegura o que tenga la boquita de piñón jejejejeje.


Es por esta razón que te vamos a dejar algunos consejitos para que convenzas a tu pareja que te lo practique si esta indecisa.


- Lo primero que tu pareja debe notar es que eres una persona limpia y que te bañas todos los días, eso quiere decir que tu pene siempre debe estar limpio. Si estas pensando en que te lo practique por primera vez tu pene deberá relucir como la calva del tio de don limpio. Este es el paso más importante. No vale que te eches desodorante o colonia, que además de no quitar la mierda aumente el olorcillo a… a… a vete a saber que.




- Ni se te ocurra obligarla a que te mire, yo entiendo que a muchos hombres les resulta muy excitante porque tú ven muchas pelis porno, esas que ven por casualidad al cambiar de canal, pero es una postura incomoda y además a veces a una le da corte mirar a los ojos del señor al que se la está mamando.






-No le cojas la cabeza como si fuera un balón de fútbol, no lo es, si quieres imponer tú el ritmo guíala, pero sin meneársela de tal manera que a la pobre le parezca que en vez de estar haciendo una mamada, está haciendo un viaje en barco con mala mar.


- Si ella no se da cuenta, avísala de que te vas a correr, no a todas les gusta tragarse el semen y menos cuando lo notan de golpe en la garganta, es muy desagradable que le den arcadas y te vomite en unas partes tan… Nobles… Con un poco de practica ella sabrá cuando llega el momento y si se lo traga o no.


- No digas nunca jamás… Pero nunca eh??? Me gusta más así o de esa otra manera porque Pepita me lo hacía así siempre… Puede que te quedes con media salchicha de un bocado.


- Tampoco te corras en su boca y todo satisfecho te pongas a roncar dejándola allí plantada mirándote entre cabreada y excitada, porque lo más seguro que la próxima vez te diga que te la va a comer tu puñetera madre, las palabras pueden cambiar pero el resultado será el mismo, que te quedarás sin mamada y con la señora cabreada por el recuerdo.



- Y sobre todo ya sabes…. Si tú no comes yo tampoco!!!!

Mª José




viernes, 29 de junio de 2012

El sexo oral muchas veces parece una promesa electoral.


A muchas mujeres nos gusta practicar sexo oral aunque la mayoría de hombres piensen lo contrario, algunos lo piensan con sólidos argumentos (por una vez voy a defenderlos, pero que no se acostumbren eh??? )


Hay muchas mujeres que lo niegan delante de las demás por un falso sentido del pudor… Pero después se tragan… Vamos la del legal y todas las de los ilegales que encuentra por ahí, pero claro eso no se reconoce porque ellas son muy decentes!!!



Después están las escrupulosas… Si hombre… Esas que van diciendo ¿Yo meterme ese en la boca??? ¡Que asco, por Diossss!!! Estas las podemos dividir en dos grupos, uno encaja perfectamente en el grupo anterior, las que lo niegan aunque la torturen clavándole palillos en las uñas (coño que dolorrrr) y las que ni lo han probado porque les da repelús, eso sí se meten en la boca todo lo que pillan, todo menos…… Lo que deberían probar alguna vez, que tiene menos bacterias que muchas de las cositas que se meten en la boca.



Después están las formales; me explico: las formales son aquellas que solo lo hacen cuando la cosa va en serio, vamos que lo hacen solo cuando hay por medio una promesa de matrimonio y con el fin de que el prometido no lo haga fuera de casa a no ser con ella, claro está. Porque ellas son muy formales y sin visos de futuro, asi porque si, un polvo vale, pero una mamada….. Eso son palabras mayores!!!!



Como dice el periodista Josep Tomás Torres, el sexo oral muchas veces parece una promesa electoral.



Y queda el grupito raro de las que reconocemos que lo hacemos y nos gusta, este grupito está catalogado por una gran mayoría de mujeres con varios nombres: depravadas, putones desorejados, antinaturales, salidas…. Y algunas más que no me acuerdo, pero eso me da igual que me cataloguen como quieran, una suele tener el defecto de ser muy sincera y soltar las cosas con todas las letras (costumbre muy fea que tengo) Me da igual no estar en el grupito de las decentes porque eso es muy aburrido, el camisón de florecillas, los rulos en la cabeza, la mascarilla en la cara, la luz apagada y el “date prisa Pepe que mañana tengo que madrugar” para las tareas amatorias es muy aburrido, así que una es indecente pero sonriente.

Mª José

jueves, 28 de junio de 2012

Connilingus o como.... Comer...

Estaba yo pensando que iba a hacer para comer mañana mientras empezaba a escribir un blog y de repente se me ha ocurrido que hay pocos hombres que sepan comerlo bien, saben perfectamente como les gusta a ellos que se la coman, pero no como hacerlo ellos, así que vamos a darles algunas premisas...... Y... No seais mal pensados, que estaba pensando en hacer lentejas con chorizo y claro una cosa me ha llevado a pensar en otra y luego en otra, hasta llegar aquí.



Incluso si tienes a la mujer más maravillosa del mundo contigo en la cama ella estará inquieta por su cuerpo, ninguna está completamente segura de ser bella aunque lo sea. Díselo, no lo des por supuesto, dile cualquier cosa, pero hazla sentir segura de si misma, mientras la besas y tus manos recorren su piel, eso la hará entrar en situación... En situación de.... de.... pues de eso, de querer tener sexo.


Las mujeres somos mucho más de palabra que los hombres, especialmente cuando se hace el amor. Respondemos casi automáticamente a las palabras susurradas mientras nos acarician, mientras más cosas nos digáis más nos excitamos, así que mientras tu mano baja hasta su sexo, sigue hablandole, besándola... No vayas directo al grano con un eructo y sin una palabra, porque no nos suele gustar, nos gustan los rodeos y algo así nos hace sentir sueño, dolor de cabeza o cualquier otra cosa inmediatamente.





Baja tu cabeza hasta estar situada entre sus piernas, suavemente aparta los labios y mira los labios internos. Incluso chúpalos si quieres. Ahora separa las partes superiores del coño hasta que encuentres el clítoris. Las mujeres tenemos....... todasssssss un clítoris, los hay de todas las tallas igual que los tíos tenéis las pollas de diferentes tamaños, pero esto no tiene nada que ver con su capacidad de orgasmo. Simplemente significa que la mayor parte de ella esta escondida bajo su prepucio.



Humedece tus dedos antes de tocar el clítoris, en caso contrario tu dedo se quedara pegado a él si esta seco, y eso duele, tocalo sin apenas rozarlo, notaras como se hincha y aparece ante ti cuando la excitación aumenta. Pasa tus labios sobre su sexo sin presionar, llegará un momento en el que tu chica esté moviéndose y tratando de forzar la situación para que te acerques mas a ella, entonces pon tus labios en la superficie de su raja. usa tu lengua para separar los labios de su coño y cuando se abran haz correr tu lengua arriba y abajo.




Mete tu lengua hasta el fondo, pero suavemente, eso también nos excita muchísimo, cuando notes que las caderas se mueven intentando acercarte aun más es el momento de volver al clítoris en ese momento lo podrás tocar, chupar, lamer... Estará duro y no dolerá, muy al contrario. Si levanta la pelvis en el aire con la tensión del orgasmo viniendo, muévete con ella, no pelees. En esos momentos ella te estará diciendo algo así como: “No paressssssss, como te pares te matoooooooo... “ tienen motivos para decirlo,la mayoría de los hombres se paran demasiado pronto.






Consigue conocer las señales que emite ante un orgasmo y serás su mejor amante. Cuando ella empiece a tener un orgasmo, por Dios, no dejes escapar ese clítoris. Persevera con la duración. Porque si no puede darte de hostias, yo lo haría. A no ser que dejes tu lengua para introducir los dedos dentro de su cuerpo... Deslízalos hacia adentro, al principio despacio y después mas rápidamente. Fóllala con ellos rítmicamente. Si le estas chupando el coño y metiendo los dedos al mismo tiempo, la estas estimulando bastante mas de lo que lo harías con tu polla sola, por lo tanto puedes contar con que se lo está pasando en grande.




Cuando una mujer encuentra a un hombre que lo mama bien ha encontrado un tesoro y no lo va a dejar escapar fácilmente. Este es un tipo raro y ella lo sabe. Ni siquiera se lo dirá a sus mejores amigas pues si no le convertiría en el hombre mas popular de la ciudad. así que recuerda, la mayoría de los tíos pueden follar y generalmente lo hacen de una manera satisfactoria, pero que sepan mamarlo bien...... Esos son escasos.......

 


El ultimo consejo que te doy es: después de haberla hecho correrse, no le dejes sola precisamente ahora, háblale, acaricia su pecho, su cuerpo con delicadeza y podrás continuar haciéndole el amor pues ella se volverá a excitar con facilidad y tú... bueno tú seguro que estás al borde del infarto a estas alturas :P


Mª José