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miércoles, 18 de julio de 2012


Ese calor profundo y sofocante que está haciendo estos días de julio se había apoderado de la atmósfera de mi habitación. La ventana estaba abierta pero el aire parecía haberse perdido en algún lugar de la galaxia.
Mi cuerpo empapado de sudor, mi mente pensando en ti... Evocando algunos de los momentos que hemos pasados juntos contribuía en buena medida a que la temperatura se elevase aún más... Estaba cansada y aburrida, llevaba mucho rato leyendo, así que decidí darme una ducha.



En el baño mientras preparaba el albornoz vi mi reflejo en el espejo, me detuve a observarme detenidamente como hacía mucho no lo hacía. Mientras iba despojándome de la camiseta observaba mis pechos oprimidos bajo el sujetador de encaje que siempre llevo, mis pezones se vislumbraban bajo la fina tela, poquito a poco, muy lentamente, solté los broches y mis pechos quedaron libres mostrándome unos pezones erectos, oscuros... Sonreí y masajee mis pechos suavemente en forma circular y apretando mis pezones, un dedo entró en mi boca y lo chupé con deleite, así mojado lo pasé por mis pezones que se pusieron aún más duros si cabe y mi vagina empezó a humedecerse.


Distintas imágenes comenzaban a pasar por mi cabeza mientras entraba en la ducha que me mojaba el cuerpo con el agua fría. La forma en la que me abrazas, la manera que me acaricias, tus dedos en mi vagina húmeda recorriendola lentamente para acabar con tus dedos dentro de mi cuerpo, tus labios en mis pezones chupándolos con deleite. Tu cara de placer mientras introduces tu pene en mi boca




El agua fría empezaba a hervir poco a poco, culpa quizás de mis labios vaginales que eran separados por mis manos. Eran mis dedos que jugaban desesperadamente con mi clítoris hinchado, el agua resbalaba por mis pechos alcanzando mis manos y mi sexo aumentando la excitación que sentía.



Mis ojos se cerraban y el labio inferior era mordido por mis dientes señalando el placer que me estaba proporcionando con las manos. La calenturienta mente seguía disparando imágenes sin cesar. Ahora, me tenías con las piernas abiertas y me penetrabas sin compasión, tu pene duro entraba y salia de mi cuerpo con salvajes embestidas... Tu lengua recorriendo mi vagina, entrando en mis entrañas... Tu pene en mi culo entrando y saliendo...




Mi respiración se agitaba y el placer me sacudía en forma progresiva. No era suficiente con mis dedos juguetones por lo que me introduje en la vagina mi consolador, era lo suficientemente grueso para llenarme toda y lo suficiente delgado como para no hacerme daño. Entraba y salía con facilidad. Gozaba, gemía, gritaba. Agitaba el consolador entre la humedad de mi sexo mientras imaginaba que era tu pene.
 
 
 
El calor consumía el frío y mi vagina se humedecía aún más con cada embestida. Se contraían mis músculos, mis piernas se cerraban un poco aumentando el placer que sentía. Chupaba mi instrumento y me encantaba el sabor de mi sexo. Lo pegue al clítoris como si fuera tu verga erecta, moviéndola en círculos. Cerraba los ojos. Suave y fuerte, rápido. Podía sentir tus manos en mis caderas y tus labios en los míos mientras me lo metía de nuevo. Mas rápido, entrando y saliendo, entrando y saliendo. Y allí el grito primitivo y aullante, el gemido que acababa con el silencio del baño y que anunciaba un orgasmo dedicado a ti.
 
Mª José

1 comentario:

  1. Mu güeno er relato "Sin titola" éste... Efectivamente, como bien dice el título, en el relato no sale ninguna "titola" de cuerpo presente, aunque sí en sentido imaginario, uséase evocado, que es la forma más habitual en la que estos instrumentos suelen aparecerse en las mentes femeninas.

    Por cierto, la próxima vez que te duches, mándame un SMS por si ando cerquita... Así no hará falta que uses el sustituto electromecánico.

    ¡Jajaja! Mu güeno, niña. Besos...

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