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lunes, 15 de agosto de 2011

Una noche cualquiera....



Estábamos en la cama, yo leyendo un libro que hacía días que había dejado abandonado en la mesita de noche, él a su vez leía otro libro. No me di cuenta de que lo había cerrado hasta que sus manos empezaron a acariciar mis pezones que pronto estuvieron erectos hasta hacerme sentir dolor, mezcla de placer y de deseo causó en mí una excitación incontrolable deje escapar un profundo suspiro … que fue sellado de inmediato por sus labios carnosos y devorándome la boca como si quisiera calmar mis suspiros sus manos seguían recorriéndome toda!!!

Me quitó el camisón y mis pechos quedaron descubiertos ante su mirada devorante y sin mencionar palabra bajo su cabeza a la altura de los mismos y comenzó chuparlos, lamerlos, mordisquearlos….Jugueteando con su lengua de pezón en pezón. Y con sus manos escurridizas bajo por mi vientre hasta encontrar el tanga que aparto a un lado quedando mi ya mojada vagina a su entera disposición.

Introdujo un dedo luego fueron dos moviéndolos lentamente a la vez que los empujaba más profundo hasta que se perdieron en mi húmedo coño… y sintiendo el chasquido de sus dedos empapados de mis jugos entrando y saliendo de mi… su boca envolvía la mía y con su lengua desaforada refregaba con la mía que me provocaban un sinfín de estallidos de placer… Dejándome llevar por el éxtasis del momento gemí como una perra en celo…

Bajo hasta quedar su cabeza a la altura de mi vientre y su boca se hundía en mi jugosa y palpitante vagina e intercalaba lamidas y mordisquitos en mi clítoris que a cada movimiento más tenso se ponía, mientras sus dedos seguían entrando y saliendo de mi coño, mis gemidos lo excitaban aun mas,…

Intenté olvidar por un momento el placer que estaba sintiendo y busqué su polla erecta, la llevé a mi boca recorriéndola toda con mis labios y disfrutando de ese sabor, baje hasta sus testículos jugué con ellos lamiéndolos como si fuera una deliciosa golosina, dejé de lamerlo y le empecé a propinar una suave pero firme paja con mis manos, así durante unos pocos minutos, hasta que me cogio de l pelo y me bajó la cabeza hasta que mis meterme de nuevo su polla en la boca, me la fui comiendo suavemente, y cuando menos lo esperaba me la metí toda hasta sentirla en mi campanilla.

Cambiando de posición me puso en cuatro patas abriendo mis piernas con sus manos dejaba mi vagina expuesta frente a el que se situó detrás para penetrarme desde allí a la vez que un dedo inquieto hacia de las suyas en mi ano, dándole más juego a la situación, con embestidas cada vez más potentes podía sentir sus testículos chocando contra mi trasero.…

Su dedo fue jugando mi culo con sus movimientos circulares y cada vez más penetrantes, mis incipientes gemidos no se hicieron esperar y me corrí intentando ahogar esos gemidos que salían de mi garganta.

Nuestra reacción fue instantánea… buscamos nuestras bocas apasionadamente fundiéndonos en un beso ardiente, como queriendo apagar el fuego que nos quemaba hasta el alma. El seguía con la polla dura como una roca.

Sin dejar que cambiara de posición, me penetro por el culo, manipulaba la penetración a su antojo, en aquel momento yo era su mejor sumisa. Ahogaba mi dolor contra la almohada hasta que poco a poco ese dolor se fue transformando en un raro placer, mezcla de dolor, placer… Algo muy raro que hizo que me corriera nuevamente. Salió de mi cuerpo y se tumbó en la cama boca arriba, eso me dejo desconcertada hasta que oí su voz diciéndome:

- Súbete encima de mi y follame zorra

No dude en complacerlo, me subí encima de él y me metí toda esa polla erecta dentro de mi cuerpo, me encanta estar encima de él, ver su cara de placer mientras me muevo, mientras con sus manos acariciaba mis pechos, él sabia que en esa posición yo me iba a correr enseguida y cuando notó como mi vagina se contraía, preludio de un orgasmo, me dijo:

- Correte... dame todo tu coño..

Mis gemidos se hacían cada vez más intensos, y se mezclaban con los suyos, la respiración de ambos se aceleraba, mi orgasmo no se hizo esperar, ni el suyo tampoco, podía sentir como su semen caliente llenaba todo el interior de mi cuerpo, con una sonrisa nos volvimos a besar.

1 comentario:

  1. Hay mujeres que hacen que las noches a su lado nunca sean noches cualesquiera... Yo tengo la suerte de conocer a una de ellas.

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